¿Qué es la Rubeosis de iris?

 

Es el término con el que se conoce en oftalmología al grupo de pequeños capilares dilatados o manchas rojas que proliferan en el borde pupilar del iris. Este crecimiento de pequeños capilares visibles sobre la superficie del iris, es una condición anormal, ya que en esta área los vasos sanguíneos normales no se pueden observar a simple vista.

Esta formación de nuevos capilares, llamada neovascularización, se produce para aportar más oxígeno al ojo cuando hay una falta de éste en la retina, como puede ocurrir en la Retinopatía diabética o después de la oclusión de la vena central de la retina. Este crecimiento de nuevos vasos se producen en la retina y en el iris, llamándose en este último caso Rubeosis de iris.

En estas situaciones de isquemia retiniana se liberan factores de crecimiento, de los cuales el más importante es el VEGF (Factor de crecimiento endotelial vascular). Estos factores de crecimiento endotelial son los responsables de la creación de los nuevos vasos con el objetivo de proporcionar más oxígeno a la retina que está experimentando carencia de él o hipoxia. Por este motivo, la Rubeosis de iris es un signo de las patologías oculares del fondo ocular que cursan con hipoxia.

El peligro de que proliferen estos vasos viene dado por las complicaciones que aparecen debido a que son vasos muy frágiles que sangran y crean tejido fibrótico produciendo daños irreversibles en la retina y en la parte anterior del ojo. En particular, los nuevos vasos del iris pueden dañar el sistema de drenaje del humor acuoso, elevando la presión intraocular y causando glaucoma neovascular.

En cuanto al tratamiento, por un lado esta la fotocoagulación panretiniana: resulta útil si se utiliza en estadios precoces, para disminuir la neovascularización y prevenir la progresión del glaucoma secundario; o inyección con anti-VEGF: la inyección bloquea el efecto directo del VEGF, durando su efecto unas 6 semanas aproximadamente.

Siempre que se detecta la rubeosis hay que descartar la existencia de glaucoma secundario y en que estadio se encuentra. Si se detecta a tiempo, se puede eliminar la neovascularización por medio de los tratamientos antes mencionados. Pero si la neovascularización es de hace tiempo, los vasos son de tejido fibroso y el ángulo puede dañarse de forma permanente. En este último caso se necesitaría cirugía para disminuir la presión intraocular.

Por lo tanto, ante cualquier patología de retina que curse con falta de oxígeno, como retinopatía diabética o hipertensiva es necesario acudir a vuestro especialista de forma periódica para descartar las complicaciones tan dañinas que pueden aparecer.

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