La acomodación es un cambio en la potencia dióptrica del ojo, que permite modificar su punto de enfoque con respecto a los objetos alejados y próximos, con la finalidad de formar y mantener imágenes claras en la retina.
El aumento y disminución de la potencia óptica del ojo, se consigue mediante el incremento o decremento en las curvaturas de las superficies anterior y posterior del cristalino y mediante el aumento o disminución en el grosor del mismo.
El sistema de acomodación del ojo está constituido por diferentes estructuras en el interior del ojo que incluye el cuerpo ciliar con sus músculos ciliares, la coroides y las fibras zonulares, que constituyen los elementos suspensorios del cristalino.
El mecanismo de acomodación se da por la contracción del músculo ciliar, por la liberación de la tensión de las zónulas del cristalino, y por el redondeamiento del mismo, provocado este último por la fuerza que ejerce la cápsula sobre él mismo.
El acto de acomodación da lugar a 3 respuestas fisiológicas: la pupila se contrae, los ojos convergen y se produce una respuesta acomodativa.
Muchos son los síntomas y signos que se presentan cuando la acomodación de un individuo es insuficiente o por el contrario excesiva, o simplemente porque no se logra mantener en consideraciones favorables por mucho tiempo.
Algunos de los síntomas y signos secundarios a trastornos en el sistema de enfoque son:
Visión borrosa, dolor de cabeza, escozor de ojos, problemas de lectura, fatiga y sueño al leer, pérdida de compresión, movimiento del texto al leer, se evita el trabajo en visión próxima, ojos rojos y lagrimeo.
Si usted padece algunos de estos síntomas, no dude en acudir a realizarse un examen visual, en el cual se pueda detectar si realmente tiene usted dificultad en la acomodación y así poder corregirla y solucionar dicho problema.