Solemos relacionar la conjuntivitis con procesos alérgicos o con infecciones, pero lo cierto es que hay otros factores que pueden provocar la conocida como conjuntivitis irritativa. De hecho se estima que cerca del 15 por ciento de las afecciones de este tipo no son ni alérgicas ni infecciosas, entonces, ¿cuáles son las causas?
La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, que es la membrana transparente que recubre parte del globo ocular y la parte interna de los párpados. Esta fina membrana tiene pequeños vasos sanguíneos que cuando se inflaman aportan al ojo un aspecto rojizo. Cuando esto sucede, la visión no se ve alterada pero debe tratarse adecuadamente para que no existan complicaciones, especialmente cuando la causa es una infección.
Sin embargo, existen agentes externos que también afectan directamente al estado de nuestros ojos. Por ejemplo, durante el verano, al entrar en contacto con el cloro de las piscinas o con el agua de mar, puede surgir una conjuntivitis, de ahí que se recomiende el uso de gafas para nadar. Pero el resto del año también estamos expuestos al polvo, al humo, pinturas y demás agentes irritantes. En el caso de las mujeres, el maquillaje, especialmente el de baja calidad y mal aplicado, puede ser la causa de una conjuntivitis.
En estos casos la solución es sencilla, se debe evitar la causa que lo provoca y administrar un tratamiento antiinflamatorio hasta que se reduzca la inflamación. También es recomendable mantener bien hidratado el ojo para que la contaminación ambiental afecte lo menos posible.
Por muy leve que parezca, cualquier alteración en el aspecto de nuestro ojo, o en la capacidad visual, debe ser consultado a su especialista de confianza.