Actualmente aproximadamente un 8% de la población es diabético y según varios estudios se espera un aumento significativo de la incidencia de diabetes durante la última década.
Los problemas de la diabetes surgen cuando hay demasiada glucosa en la sangre por mucho tiempo. Los niveles altos de glucosa en la sangre, también llamados azúcar en sangre, pueden dañar muchos órganos del cuerpo como el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos y los riñones.
Los niveles altos de glucosa en la sangre y la presión arterial alta causados por la diabetes pueden dañar cuatro partes del ojo: retina, humor vítreo, cristalino y nervio óptico.
El daño en la retina ocurre lentamente. La retina tiene vasos sanguíneos muy pequeños que se dañan con facilidad. Cuando una persona tiene niveles altos de glucosa en la sangre y presión arterial alta durante mucho tiempo, esto puede causar daño en los vasos sanguíneos de la retina.
Primero los vasos sanguíneos se hinchan y se debilitan. Algunos vasos sanguíneos se tapan y no dejan pasar una cantidad suficiente de sangre. Al principio estos cambios tal vez no causen pérdida de visión.
A medida que empeoran los problemas de retina causados por la diabetes, se forman nuevos vasos sanguíneos. Estos vasos sanguíneos son débiles. Se rompen con facilidad y la sangre que se derrama entra en el humor acuoso. Esa sangre impide que la luz llegue a la retina.
Es posible que se vean manchas flotantes o casi oscuridad total. En algunos casos, la sangre se elimina sola. Pero es posible que se necesite una cirugía para eliminarlo.
A lo largo de los años, los vasos sanguíneos débiles e hinchados pueden formar tejido cicatrizal y hacer que la retina se desprenda. Si la retina se desprende, tal vez vea manchas flotantes o luces centelleantes, o quizás le parezca como si alguien hubiera bajado una cortina. Si no se atiende inmediatamente, una retina que se ha desprendido puede causar pérdida parcial de la vista o ceguera.
Por lo tanto, para prevenir los problemas de los ojos causados por la diabetes, lo mas importante es mantener la glucosa en sangre y la presión arterial lo más cerca posible de lo normal; hacerse un fondo de ojo al menos una vez al año, realizar ejercicio físico, no fumar, etc.
Descubrir y tratar los problemas precozmente puede salvar su visión.