La Constancia perceptual es la capacidad del cerebro a percibir que algo sigue igual aun cuando la información sensorial indica cambios. Gracias a este fenómeno tenemos lo que llamamos constancia de tamaño por la que percibimos que un objeto que se acerca o se aleja sigue siendo del mismo tamaño a pesar del cambio en tamaño que se produce en la retina al cambiar su posición.
Es gracias a esta posibilidad, de percibir que el tamaño de un objeto permanece constante a pesar de su movimiento, que podemos interpretar, justo el fenómeno contrario: el cambio del tamaño cuando no existe ningún movimiento. Es así como ocurre con nuestra interpretación de la distancia de la luna según sea el tamaño que percibimos de ella.
Todos sabemos que la luna se encuentra a una distancia fija de la tierra y que además tiene un tamaño constante, sin embargo, percibimos la luna de diferentes tamaños según nuestro cerebro interprete que ésta se encuentra más cerca o más lejos de nosotros. Así, cuando vemos la luna “pequeña” creemos que ésta se encuentra más alejada de nosotros, e interpretamos lo contrario cuando la percibimos más grande.
Pero ¿qué es lo que pasa en realidad? En este caso el cerebro interpreta que la distancia a la que se encuentra la luna es diferente y cambiante, por el principio de constancia de tamaño que explicamos más arriba, el cerebro esperaría ver la luna de un tamaño siempre constante independientemente de su movimiento (aunque en la retina el objeto tenga un tamaño menor cuando éste se aleja). Sin embargo, lo que ocurre es que la percepción del tamaño cambia dependiendo de si la luna se encuentra en el cenit (encima de nuestras cabezas) o en el horizonte. Debido a que la percepción del tamaño depende de los objetos que rodean al objeto observado, y teniendo en cuenta que en el cenit hay muy pocos objetos de referencia, el cerebro interpreta que la luna se encuentra lejos y la percibe pequeña; mientras que en el horizonte los puntos de referencia son mayores y la luna tiende a percibirse más grande… pero en realidad la luna nunca cambia de tamaño. Esto es lo que se conoce como la ilusión de Ponzo.
Impresionante, ¿Verdad?