Es un tipo de movimiento involuntario de los ojos. Usualmente es de lado a lado, pero a veces es de arriba abajo o en forma circular (movimiento rotatorio involuntario). El movimiento varia entre lento y rápido y usualmente involucra ambos ojos. El nistagmus ocurre más frecuente en la infancia, pero también puede adquirirse después en la vida debido a una enfermedad o lesión.
La causa directa del nistagmus es la inestabilidad en el sistema muscular que controla los ojos, no obstante existen otras causas diferentes a esta inestabilidad como es: la herencia, mal desarrollo del ojo que puede ser causado por una enfermedad ocular o un problema visual durante la infancia, albinismo, enfermedades sistémicas como la esclerosis múltiple o tumores cerebrales, lesiones en la cabeza, uso de ciertos medicamentos, consumo de drogas o alcohol, problemas en el oído interno como infección o irritación, etc. Sin embargo, en algunos casos se desconoce la causa del nistagmus.
Otros síntomas además de los movimiento oculares pueden incluir, sensibilidad a la luz, dificultad para ver en oscuridad, problemas de visión, sostener la cabeza en una posición volteada, oscilopsia (sensación de que el mundo está sacudiéndose o moviéndose) y mareo, lo cual puede afectar al equilibrio.
No existe ningún tratamiento para la mayoría de los casos de nistagmus congénito. El tratamiento para el nistagmo adquirido depende de la causa. En algunos casos, el nistagmo es irreversible. En los casos debido a medicamentos o infección, el nistagmo por lo regular desaparece después de que la causa mejora.
Las opciones de tratamiento para reducir el nistagmus y mejorar la visión incluyen: prismas, algunos medicamentos para ciertos tipos de nistagmus, incluso inyecciones de botox (toxina botulínica) para relajar los músculos oculares, o cirugía de los músculos oculares.
Por tanto, ante un caso de nistagmus lo ideal es ponerse en manos de especialistas para poder tratarlo si es posible.