VISIÓN Y RENDIMIENTO ESCOLAR

Existen varios factores que influyen en un buen rendimiento escolar como son la audición, la atención, la concentración,… Pero de todos ellos, según numerosos estudios, el más importante sin duda es la visión, pues es el medio por el que el niño recibe el 80-90% de la información.

Actualmente, además, con la introducción de las nuevas tecnologías en el sistema educativo, el nivel de exigencia a nuestros ojos es todavía mayor.

Los ojos son los órganos  que reciben estímulos visuales, vemos a través de ellos. Aprendemos y entendemos a través de un proceso sensioro-motor, que constituye la visión.

Los síntomas y signos que deben llamarnos la atención en los niños, son: tendencia a torcer los ojos (estrabismo), movimiento rápido y rítmicos de los ojos, dolor de cabeza que suele presentarse al final del día, o tras un esfuerzo visual, guiños, enrojecimiento ocular, tortícolis, dificultades en la lectura y la compresión….

Muchas veces los niños no dan signos algunos de alarma ni se queja, y son “clasificados” como poco trabajador, poco constante, de fácil distracción y con bajo rendimiento escolar; estos niños deben ser explorados, pues estos problemas, muchas veces esconden alguna afección visual que no les permiten llevar a cabo sus tareas, a pesar del intento por parte de ellos.

Algunos consejos para favorecer un buen estudio son:

  • Es muy importante el uso de una iluminación adecuada en el área de trabajo. Es recomendable un foco de luz sobre el espacio en el que se trabaja, situado en el lado contrario de la mano dominante para evitar sombras. A su vez, es también necesaria, una buena iluminación ambiental.
  • La visión cercana (lecto-escritura) debe ejercitarse a unos 20-40cm.
  • Una buena posición ergonómica facilita y mejora el estudio.

Hay que tener en cuenta que los niños creen que todas las personas que los rodean ven igual que ellos. Si un niño no ve bien, posiblemente no se quejará, ya que no sabe que tiene un problema de visión. Los padres, educadores, son los responsables directos de detectar cualquier anomalía visual que pueda afectar al rendimiento escolar de los pequeños. Es por ello la insistencia en los signos y síntomas de alarma, en realizar revisiones pertinentes para detectar los problemas a tiempo y así poder tratarlos. Ya que una visión defectuosa en la escuela traerá como consecuencia, un mal rendimiento académico y, a medio o largo plazo, un fracaso escolar.

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