LA LUZ AZUL

Son muy poca las personas que hoy en día no usan un smartphone para consultar su correo electrónico en cualquier momento y lugar, o tienen un e-book para leer, o simplemente se sientan delante de la televisión en sus ratos libres. Todos estos aparatos disponen de una pantalla LED, que ofrece imágenes en alta resolución, con contrastes de calidad, pero emiten la conocida como luz azul.

Los expertos indican que la luz azul en sí misma no provoca riesgos para la salud, lo que resulta perjudicial es la sobreexposición a la que sometemos a los ojos. Algo lógico si nos detenemos a pensar como es el día a día de un gran número de personas: ocho horas de jornada laboral delante del ordenador, más de un whasapp, ida y vuelta en transporte público leyendo en una tablet… el resultado es un cúmulo de horas en las que nuestros ojos reciben este tipo de luz.

Algunos de los problemas que el exceso de exposición a la luz azul puede ayudar a que se produzcan son:

  • A corto plazo: enrojecimiento de los ojos, sensación de arenilla, sequedad ocular especialmente si se usan lentes de contacto, cansancio visual, dolor de cabeza.
  • A largo plazo: presbicia o vista cansada prematura, cataratas y degeneración macular.

Los expertos no indican que sea necesario dejar de utilizar esta luz ya que aporta ventajas a la sociedad. Sin embargo, sí es necesario tomar conciencia y aplicar una serie de medidas de prevención que favorezcan la protección de los ojos; como reducir las horas de uso de este tipo de dispositivos, posponer en lo posible el momento en el que los niños comiencen a exponerse a este tipo de luz, ser conscientes de que es importante parpadear con frecuencia para mantener los ojos hidratados, dar descanso a los ojos, cada hora de exposición, entre tres y cinco minutos. Todas estas medidas son eficaces pero en muchos casos difíciles de aplicar por lo que la solución para prevenir los daños ocasionados por la exposición de los rayos azules perjudiciales, es la utilización de filtros especiales que impidan que estos rayos entren en el ojo. Por ello se deben adaptar las gafas a partir de un recubrimiento antirreflejante de luz azul que elimina estas longitudes de onda corta del espectro visible que son dañinas, además del UV. Este recubrimiento consigue seleccionar la luz azul para que, en vez de que pase a través de la lente, se reflejen. Utilizar filtros específicos que se adhieren a la pantalla e impiden que pase una gran parte de esta luz tóxica.

Tener especial cuidado con los niños y adolescentes, por el hecho de que aún no han desarrollado del todo su sistema visual, así como por ser menos conscientes de las horas que se exponen a estos dispositivos y de las consecuencias que puede acarrear, deben  ser vigilados y aconsejados para evitar la sobreexposición.

En el caso de los niños se debe tener especial atención debido a que los dispositivos móviles y ordenadores cada vez están mas presentes en sus vidas porque, entre otros motivos, también los utilizan para estudiar. De hecho, ya no resulta raro ver a un niño con apenas tres años jugando con una tablet, por lo que desde muy pronto comienzan a acumular los efectos de esa luz.

También tienen que tener cuidado los adultos mayores que, debido al paso de los años, ya experimentan una degeneración que puede acentuarse y acelerarse debido a esta exposición.

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