El ojo rojo, es un término no específico, con el que se designa en medicina al conjunto de entidades clínicas caracterizadas por hiperemia (enrojecimiento) que afecta, en parte o en su totalidad, al segmento anterior del ojo: conjuntiva, córnea, iris y cuerpo ciliar.
Muchas veces se debe solo a una inflamación de la superficie ocular, pero en ocasiones la inflamación es del interior del ojo, lo que puede ser síntoma de una patología más grave.
La mayoría de pacientes que presentan ojo rojo sólo tienen una inflamación leve en la superficie ocular, que puede deberse a distintas patologías. Las más frecuentes son conjuntivitis, pero también el síndrome de ojo seco y las alteraciones relacionadas con el uso de lentes de contacto.
Cada causa tendrá un tratamiento específico; en el caso de las Conjuntivitis: hay distintos tipos cada una con un tratamiento diferente. En verano surgen las conjuntivitis alérgicas y las irritativas, debido a las piscinas o a los aires acondicionados, y durante todo el año las conjuntivitis bacterianas y también las víricas, muy frecuentemente asociadas a los resfriados. Cada tipología requerirá un tratamiento u otro (antibioticos, antiinflamatorios, lágrimas artificiales,….).
Ojo secos: algunos casos de ojos rojos se deben a la sequedad ocular. Consiste en un conjunto de síntomas y molestias debidos a una mala lubricación de la superficie del ojo, ya sea porque el ojo produce poca lágrima, o porque la lágrima es inestable y de mala calidad, con lo que se evapora rápidamente y acaba produciendo sequedad.
Mal uso de las lentes de contacto: es una causa frecuente de ojo rojo. Puede deberse al uso abusivo al llevarlas demasiado tiempo, dormir con las lentes puestas, tener una higiene inadecuada, o en verano también por bañarse con las lentes de contacto en el mar o las piscinas. Esto es muy frecuente, pero no es recomendable porque hay un parásito, la acanthamoeba, un organismo celular que suele estar en el agua, y que, aunque es infrecuente, puede afectar a los portadores de lentillas y producir una infección grave, sobretodo si no se trata en los primeros días.
Por tanto, si tenemos los ojos rojos y no sentimos ni pérdida de visión ni dolor, no debemos preocuparnos. Si es solo una rojez, por una irritación puntual, normalmente las lágrimas artificiales sin conservantes aliviarán el problema, y solo es conveniente la visita al especialista si en 24h no remite. Pero si hay pérdida de visión o dolor, el ojo rojo puede responder a una afección más grave como uveítis, glaucoma o alguna afección más grave a nivel de la córnea, y la visita al especialista debe ser urgente. No obstante, lo ideal es ante cualquier duda acudir al especialista y por supuesto nunca automedicarse.